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jueves, 13 de mayo de 2010

Construyendo el futuro.

Bob Geldof, en este año de 1985, convence a todas las figuras importantes de la música, para que den un concierto juntos contra el hambre, constituyendo uno de los más importantes acontecimientos de la música de todos los tiempos uniendo en un mismo escenario a personajes como Queen, Bob Dylan, U 2, Eric Clapton, Paul Macartny . . . y tantos otros, grabando juntos la canción "We are the World", himno contra la desigualdad.
España, firma la adhesión a la Comunidad Económica Europea, lo que nos pone a la altura de las democracias europeas.
Este año es el primero en el que las mujeres se pueden incorporar a la Policía Nacional. Otro paso hacia la igualdad de géneros.
Nosotros, estamos en construcción.
Después de innumerables negociaciones con todas las administraciones implicadas; reuniones con el arquitecto que tenía que plasmar en planos nuestros deseos y muchos números para ver si podíamos hacer frente a los gastos no pequeños que nos supondría, hasta la fecha, nuestra más importante inversión, fuimos a marcar sobre el terreno, las líneas para los cimientos, de la que sería nuestra segunda vivienda. Para nosotros, fue todo un acontecimiento y sólo faltaba la banda de música, para la colocación de la primera piedra.
No estábamos construyendo tan sólo un chaletito. Para nosotros eso iba a ser nuestra casa; porque teníamos claro, que acabaríamos viviendo todo el año.
Fue una época de vértigo.
Por suerte, y mucho trabajo, nos habíamos creado una buena reputación en la ciudad a todos los niveles, tanto de servicio como de credibilidad. También entre los bancos, con quienes teníamos que negociar los préstamos que nos posibilitaban avanzar en las obras emprendidas. La verdad es que respondieron, pues no nos ponían dificultades. Así que pedíamos un préstamo, lo íbamos amortizando y una vez pagado, pedíamos otro.
Esto conllevaba mucho trabajo y dedicación a la tienda de instrumentos y a las clases. Había que pagar. Nada se consigue sin esfuerzo. Y lo hacíamos. Vaya si lo hacíamos.
Los sábados por la mañana, yo no trabajaba y me quedaba en casa, arreglando el piso con la inestimable ayuda de Víctor claro, mientras Mª José se iba a la tienda, donde atendía a los clientes y daba clases, claro. Había que optimizar el tiempo.
Como siempre, íbamos ajustados económicamente, pero el cinturón siempre lo hemos llevado bien prieto y si era preciso hacíamos un agujero más.
En mi trabajo, las cosas no iban como me hubiera gustado, pues las inversiones que en su momento se habían hecho, estaban pasando factura, como yo previa; pero claro, yo podía aconsejar, pero no era el dueño y luego se tenía que apechugar con las consecuencias.
Esta situación laboral, tengo que decir que me sirvió para curtirme en el mundo de los negocios, pues no salía de reuniones con banqueros, abogados y funcionarios de hacienda, dado que en la empresa, igual hacía de administrativo, como de gerente y muchas veces de paño de lágrimas, tanto en temas del negocio como en temas privados. Eran buena gente y me apreciaban, pero qué mal lo pasaba, incluidas noches en vela. Siempre me he tomado muy en serio mi trabajo, sintiendo la empresa como propia.
Yo, sin prisa pero sin pausa, empecé a sondear el mercado de trabajo por si surgía alguna oportunidad, no tanto por aumentar los ingresos como por conseguir una tranquilidad que empezaba a no tener del todo en mi actual empresa.
Casi todos los días no faltaba la visita a las obras, para ver los progresos y controlar la ejecución. Nosotros, para ahorrar, íbamos buscando y comprando los distintos materiales tal como nos los iba pidiendo el constructor. Teníamos que contratar fontaneros, electricistas. . . todo un mundo que no conocíamos y todo compaginándolo con el trabajo, que lógicamente no podíamos dejar.
Fueron buenos tiempos, aunque turbulentos, un poco agobiantes, pero así es la vida y así había que tomarla.
Seguíamos ilusionados, unidos, con nuestros proyectos, en nuestro matrimonio, que nos ayudaba en los momentos más complicados y claro con Víctor, que nos alegraba la vida.

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