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miércoles, 7 de abril de 2010

¡¡PRESENTEN ARMAS!!

Estamos en 1976 y si bien a nivel internacional, destaca la muerte de Mao en China o la llegada de las primeras fotografías de Marte, lo más importante en cuarenta años, sucede en España. Y lo que sucede en España, es el inicio de "La Transición" de un régimen dictatorial a una democracia parlamentaria.
Una vez elegido D. Juan Carlos de Borbón Rey de España, éste confirma por unos meses a Carlos Arias Navarro como Presidente del Gobierno, pero viendo que las reformas no avanzan por las desavenencias entre las distintas corrientes, aperturistas y continuistas, el Rey en una decisión que nadie esperaba, tras incluirlo en el triunvirato del que tenía que salir el nuevo presidente, opta por un joven desconocido, que si bien es una figura emergente del movimiento, tiene unas ideas más avanzadas: Adolfo Suarez.
Con la complicidad entre ambos, consiguen que se avance muy rápidamente, aprobando la Ley de Reforma Política. Ya en este año Suarez, se entrevista con Felipe González, creando la base de la legalización de los partidos políticos.
Con la muerte del dictador, van volviendo a España la gente que se había exiliado, por sus ideas políticas: Enrique Tierno Galván, Salvador de Madariaga, Rafael Alberti, Joan Manuel Serrat . . .
Santiago Carrillo, dirigente del Partido Comunista de España, es detenido cuando iba por Madrid, con su famoso peluquín por montera.
Y en estos tiempos, en que suceden acontecimientos tan decisivos para la historia de España, la vida sigue tranquila en Burriana.
Yo sigo trabajando en GRUSCANA. Este año, me compro mi primer coche: un SEAT 600 como no, blanco con tapicería roja de "skay" (no de piel), por supuesto de segunda mano, pues el encargado del almacén, se ha comprado un coche mejor: un R-8 TS, con cuatro faros, ¡buaa, que coche!.
El coche, me cuesta 11.000 pesetas, el sueldo de un mes en aquella época.
Qué recuerdos los del 600. Cuando por las mañanas en las que habiendo llovido por la noche, no quería arrancar. Cuando íbamos Mª José y yo a cogerlo por la tarde para dar una vuelta y tampoco arrancaba. Cuando arrancaba y nos íbamos la mar de contentos, se calaba en pleno centro de Burriana, en el Plá y tenía que empujarlo yo sólo y Mª José sin carnet de conducir y sin tener ni idea de cómo se ponían las marchas, se tenía que sentar al volante. Pero nos llevaba a todas partes, siempre que no fuese muy lejos ni muy rápido.

Nuestra relación estaba totalmente consolidada, tanto a nivel de pareja, como en el ámbito familiar. Tanto es así, que los consuegros, se montaron un viaje los cuatro a Valderrobres, con el Land Rover, claro y nos dejaron a Mª José y a mí, al cargo de la casa y por supuestos de los críos de la familia, que por aquella época eran nueve, pues Begoña ya se había casado y Mª José era la mayor.

Y lo pasamos bien. Yo me quedé los quince días en el chalet con toda la familia, y pasé de ser como un hermano y un hijo más, a ser además, casi un padre.
Como era verano, por las tardes, cargábamos a los pequeños en el coche y nos íbamos de excursión a la "finca", en el "camí les tancaes", donde había una balsa para el riego, que nosotros utilizábamos de piscina. Por las noches, partidilla de cartas con los más mayores, después de cenar.
Total que hicimos ejercicios prematrimoniales, pero de familia numerosa.
En el mes de Octubre de ese año, me tuve que incorporar a filas. Por aquél entonces, la "mili" era obligatoria. A mí me tocó el CIR (Centro de Instrucción de Reclutas) en San Clemente de Sasebas, un pueblecito al lado de Figueras y cerca de la frontera con Francia. Allí aparte de la instrucción normal, me pusieron en la oficina de la compañía, con lo que no lo pasé del todo mal.
No, tranquilos que no os cuento batallitas de la "mili".
Juré bandera en el mes de diciembre. A la jura, vinieron mis padres y Mª José. Por supuesto, les llevé a ver Figueras y el museo de Dalí y despues de la jura y pasar todo el frío y la tramontana que se tenían que pasar en esa zona y en ese tiempo, diciembre, nos volvimos a casa todos juntos a pasar un permiso y celebrar la navidad.
Así concluye el año, pero no la mili. Todavía me quedaba un añito más, destinado en Barcelona.

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