El final de la década.

Si por algo se conoce el año 1968, es por un mes: mayo.

El Mayo del 68 en París, es el resumen de un final de década muy convulso, con las revueltas estudiantiles contra el poder establecido, contra la guerra de Vietnám. Con la protesta pacífica de John Lennon y Yoko Ono ante la prensa en la cama del hotel Hilton de Amsterdam .

Pero también pasaron otras cosas. Asesinaron a Martin Luther King, a Robert Kennedy, hermano de J.F.K., asesinado también cinco años antes. Richard Nixon ganó las elecciones a presidente de EEUU. El clima de libertad de la "Primavera de Praga", es aplastado con la invasión de Checoeslovaquia por los soldados del Pacto de Varsovia.

Bob Beamon, un saltador estadounidense de color, consigue en las olimpiadas celebradas en México un increíble salto de 8´90 m.

En el año 69, el hombre llega a la luna y se celebra el megafestival de Woodstock.

En ese año, se estrena la película "Dos hombres y un destino" con Paul Newman y Robert Redford.

En España, también se corría delante de los grises en las manifestaciones y en el gobierno mandaba el OPUS.

En enero del 68, nacía Felipe de Borbón, futuro Príncipe de Asturias y al siguiente año, el Generalísimo, nombra como sucesor a título de Rey a su padre Juan Carlos de Borbón.

Se dejaba todo atado y bien atado, según propia expresión de Franco.

En el colegio Salesiano, después de unos inicios con más pena que gloria, cursando ya 3º de bachiller, me había consolidado como un referente en el deporte local y provincial, sobre todo en la disciplina de las carreras de medio fondo y fondo. Había descubierto que tenía una pasmosa facilidad para asimilar las distintas habilidades de cualquier disciplina deportiva: fútbol, baloncesto, gimnasia con aparatos. . . todo esto unido a unas cualidades físicas innatas, hacían que despuntara, tanto en las Olimpiadas que se celebraban todos los años en el colegio, siguiendo su filosofía de educar a los chicos de San Juan Bosco, tanto cultural como físicamente y también en el hámbito provincial, donde ganaba las pruebas de medio fondo tanto en los campeonatos escolares, como federados, ostentando los récords provinciales de 800 y 1500 m.

Por aquella época, el equipo de atletismo de la provincia, La Cultural Deportiva de Castellón, me propuso fichar por ellos. Y dije que sí. Me regalaron un vale, para que me comprara unas zapatillas para el cross y tuve mis primeras zapatillas profesionales: unas "Munich" azules. Hasta entonces, como podéis ver por las fotografías, corría con la típicas zapatilla de loneta de la marca "Cadena" y ya con un precio más alto las "Iberia", que tenían las suelas de color caramelo y eran más resistente. Vaya tiempos. Y corría y ganaba, con mi camiseta interior, blanca de manga corta.

En cuanto a las amistades, seguía saliendo con mi primo José Luis Pitarch. Eramos una pareja con bastantes inquietudes intelectuales. Nos gustaba filosofar, por supuesto a nivel de críos, sobre la inmensidad del universo y su infinidad o la existencia de un ser superior. Íbamos bastante al cine, a ver películas como: 2001 Odisea en el espacio, El planeta de los simios, El guateque, Cowboy de medianoche y tantas otras.

No éramos mucho de discoteca y saraos; yo pasaba mucho tiempo en casa, con mi música, mi guitarra y mi colección de sellos, en la que me había iniciado el amigo de mi padre, Amadeo Corell, que fue el que le avisó, finalizada la guerra, que le andaban buscando para encerrarlo.

Y así trascurrieron los años 68 y 69, en el que cursé 4º y me examiné de reválida, aprobándola, por lo que me preparé para cursar ya al año siguiente 5º, que ya era bachiller superior.

Fueron años de transición, hasta integrarme en otro grupo de amigos; con los del básket.

Pero eso será otra historia.